A menudo las opiniones no son equilibradas.
Cuando se elige un gobierno, por lo general encuentran deseable un deslizamiento de tierra, porque esto hace que sea más fácil obtener legislación a través del Parlamento. Los impulsores de los partidos políticos son las ideologías y la mayor cantidad de legislación que se aprueba en el Parlamento que el gobierno desea empuja al país más hacia el ideal.
Los parlamentarios son elegidos a nivel de circunscripción, con la idea de que están allí para servir a sus electores. Sin embargo, cuando se encuentran en la Cámara, sobre importantes leyes, a menudo votan en contra de lo que pueden ser los intereses percibidos de sus electores siguiendo el ‘látigo’.
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El látigo tiene tres niveles, el primero es para orientación sobre cómo votar, el segundo generalmente dicta que deben asistir y el tercero significa que si no vota con su partido podría verse el final de su carrera política.
Antes de esto, se presenta un proyecto de ley que establece el cambio propuesto en la política, que luego está abierto a discusión en la Cámara. A menudo, cuando hay un deslizamiento de tierra, esto simplemente pasa por las mociones, ya que el gobierno casi siempre se saldrá con la suya, a menos que haya algún punto al que objeten los backbenchers, lo que puede conducir a una revuelta.
Cuando no hay una mayoría clara en la Cámara, al gobierno le puede resultar más difícil lograr que la legislación pase a través de la Cámara, ya que hay una mejor oportunidad de una discusión más abierta y, como consecuencia, la influencia de los parlamentarios, pero también existe la posibilidad de que un proyecto de ley pueda no se transmita por objeciones puramente ideológicas (es decir, la ideología del partido de oposición entra en conflicto con la del gobierno de una manera que sería inaceptable votarlo).
Cuando se rechazan los proyectos de ley, se pueden volver a presentar después de las enmiendas y luego pueden pasar.
Después de esto, pasa a la Cámara de los Lores, donde se revisa y se hacen recomendaciones para enmiendas. Los Lores solo pueden evitar que los proyectos de ley se conviertan en ley en ciertas circunstancias.
Esa es la versión rápida de la misma.
Para resumir, todas las opiniones se escuchan, pero las decisiones tomadas no siempre son “equilibradas”, a menudo dependiendo de la mayoría en el control de la Cámara y de la sustancia del proyecto de ley.