¿Por qué no podemos digitalizar y automatizar enérgicamente las tareas cotidianas del gobierno mundano que conducirían a una interacción humana mínima y sin corrupción?

Está sucediendo, quizás no tan rápido como nos gustaría, pero de todos modos. Cualquier movimiento causa resistencia, y en este caso, los empleados y oficiales menores encuentran que su poder se está erosionando. Naturalmente, se resisten. Y tratan de sabotearlo indirectamente sobrecargando datos y ralentizando su movimiento.

Por ejemplo, cuando la oficina de pasaportes anunció que el formulario de solicitud se podía descargar a través de la red, las velocidades disponibles eran de 300-1,200 bits. Y el tamaño del formulario, extremadamente pesado en gráficos, era tal que tomaría entre 10 y 12 horas descargarlo, si la conexión no se interrumpía.

También encontrará que incluso las empresas suelen ser lentas para digitalizar su trabajo. No se debe a la resistencia de la corrupción arraigada, sino al miedo a lo desconocido.

Recuerdo hace mucho tiempo que habíamos ofrecido hacer algo tan poco tecnológico como computarizar la facturación de ventas de una gran empresa. Los chicos de cuentas nos dijeron que su sistema es tan complicado que una computadora no podrá manejarlo.