¿Cómo es escribir una ley?

Las leyes se hacen en una serie de pasos.

Comienza con una idea.

Esa idea se desarrolla y luego se escribe en lenguaje de factura.

Se reúne el patrocinio y se presenta el proyecto de ley.

Una vez introducido, se asigna a un comité relevante donde se considera o no. No se considerará por una variedad de razones, sino en suma y sustancia porque las personas a cargo no creen que sea una buena idea.

Si el comité lo considera y aprueba, el cuerpo legislativo en pleno lo someterá a votación.

Si ese órgano lo aprueba y, en una legislatura bicameral como existe en la mayoría de los lugares, si la otra cámara de la legislatura también lo aprueba, se envía al ejecutivo (Presidente, Gobernador) para su consideración.

Si el ejecutivo lo aprueba, lo firma y se convierte en ley.
Si él o ella no lo aprueba, la ley será vetada.

Si dos tercios de la legislatura no están de acuerdo, pueden votar para anular el veto. Los vetos no son comunes.

Las anulaciones son extremadamente raras.

A lo largo de este proceso, las partes interesadas buscarán influir en todos los tomadores de decisiones en el camino, el patrocinador, los presidentes y miembros del comité, el cuerpo en general, la otra cámara, el ejecutivo y, a veces, el público en general. En su mayor parte, eso se llama cabildeo.

Así que esa es la versión de Randy Newman de cómo se hace una ley.

Hay varios “subpasos” para cada paso descrito. Como formular la idea. Puede comenzar como una cosa y terminar como otra. El lenguaje puede ser redactado por el presentador o por una comisión independiente de redacción de proyectos de ley. El comité responsable podría considerar el proyecto de ley y rechazarlo. El lenguaje y el propósito pueden cambiar en el camino con enmiendas. Esos son solo algunos de los “subpasos”. En Nueva York, donde trabajo, aproximadamente uno de cada 10 proyectos de ley se considera seriamente cada año y un número ligeramente menor se convierte en ley.

Otro aspecto de esta pregunta puede ser acerca de cómo se siente escribir una ley. Honestamente, es un trabajo. La parte buena, la parte que se siente genial, es cuando una ley cambia vidas para mejor y aquellos de nosotros en el proceso somos testigos de eso.