Porque el éxito en la academia se trata de hacerlo bien en el mercado muy mal definido para el reconocimiento y el crédito.
Caso supremo en cuestión: ¿Quién descubrió la estructura de doble hélice del ADN? Si nos fijamos en el premio Nobel, fueron James Watson y Francis Crick. Si lees el libro de Watson, “La doble hélice”, entonces desarrollas una apreciación aún más profunda de las propias contribuciones de Watson. Si regresa y mira la literatura anterior, se dará cuenta de que las contribuciones anteriores de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins fueron menospreciadas por otros.
¡El crédito y el reconocimiento son importantes! Hazte conocido como el pensador más grande y brillante en tu campo, y obtienes un salario más grande, la gestión de un instituto completo para desarrollar tus ideas (y marca), además de contratos de libros de texto, tarifas altas para hablar y tal vez incluso un viaje a Estocolmo. Si se lo pasa por alto, siempre estará en desventaja al buscar financiación, publicar sus documentos, etc. Observará impotente cómo las áreas en las que desea hacer una contribución son ocupadas por personas más prominentes. ¡Estas apuestas no son pequeñas! Cualquiera que diga que la academia se trata de pequeñas disputas no ha pasado suficiente tiempo cerca de las estrellas de ninguna disciplina.
- ¿Los niveles de pobreza tienden a subir o bajar cuando los partidos fiscalmente conservadores están en el poder?
- ¿Existe la posibilidad de que Bill Clinton haya ordenado un golpe a Tupac Shakur y Biggie Smalls?
- ¿Cuál es la respuesta libertaria a los poderosos que usan su poder como palanca para obtener más poder sobre los miembros más débiles de la sociedad?
- ¿La política y la economía suecas necesitan reformas?
- ¿Te gusta la política? ¿Con qué estás de acuerdo o en desacuerdo?
En el capitalismo, el éxito tiene que ver con la propiedad, que está cuidadosamente documentada y es tan permanente como usted quiera que sea. Si compró muchas acciones de Apple en 1998, usted es muy rico y está completamente protegido de los celosos anhelos de las personas que desean tener sus acciones a su precio. Puedes ser tan prominente en los medios como Warren Buffett o tan solitario como el rey de los cigarrillos de Kentucky Brad Kelley (El hombre con un millón de acres), y no importa. No necesita seguir haciendo campaña por la legitimidad.
En la academia, la fama y la gloria se reasignan todo el tiempo. La presión para seguir puliendo tu reputación, o para perder prestigio, siempre está ahí. El proceso por el cual eso sucede es pura política. Los académicos constantemente forman alianzas; ayudarse unos a otros a deslizarse en círculos más rarificados; apuñalar por la espalda a sus rivales, etc. Creo que esa es la naturaleza de cualquier empresa que crea un bien público, pero elige reasignar las recompensas con frecuencia y de manera desigual.