Porque las potencias extranjeras que imponen su voluntad en naciones soberanas rara vez terminan bien.
Cuando dices “intervenir”, supongo que te refieres a una intervención militar. Eso implicaría invadir el país, lo que significaría proyectar fuerza, personas y materiales a través de miles de millas, depositar al gobierno por la fuerza y con una gran pérdida de vidas, y luego tratar de imponer el orden en un país que generalmente carece de infraestructura, unidad social y sistemas fuertes de orden público.
En algún lugar como Zimbabwe, estarías tratando de establecer un gobierno que funcione para controlar una población que casi seguramente no te quiere allí. Y eso significa establecer leyes, un ejército, un sistema de justicia y una economía en funcionamiento. Todo lo que sale mal sería culpa tuyo, y la gente inevitablemente resistiría, y resultarían muchas muertes.
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En algún lugar como Darfur, lo que puedes hacer es más evidente. Donde hay disturbios, milicias armadas y limpieza étnica, puedes establecer centros de refugiados protegidos e imponer cierto grado de orden. Pero eso todavía significa que enviarías a adolescentes extranjeros con armas de fuego para tratar de imponer orden en un país que no entienden o en el que no tienen ningún interés. Habría muchos combates, pérdidas de asesinatos, muchos de nuestros soldados regresando a casa en bolsas para cadáveres, y mucha gente local asesinada, con las inevitables preguntas sobre si eran ‘malos’ o no. Pequeños errores resultarían en la muerte de personas inocentes, y cuanto más nos quedáramos, más nos resentiríamos como opresores.
Y la gran pregunta es, ¿cuándo nos iríamos? Porque no tenemos forma de solucionar el problema subyacente. Es posible que pueda imponer orden hoy, pero los problemas volverían en el momento en que se fue. ¿Deberíamos mantener una ocupación durante un año? ¿Dos? ¿Diez? ¿Cincuenta? Si la historia nos muestra algo, es que las ocupaciones son muy fáciles de conseguir y muy difíciles de abandonar. También rara vez terminan bien.
Entiendo el instinto. La gente está muriendo, la opresión es mala y tenemos grandes ejércitos con grandes armas, ¿por qué no entramos y lo detenemos? Parece bastante simple. El problema es que las cosas nunca son tan simples. Puede haber momentos y lugares donde las cosas son tan malas que la intervención militar es necesaria, pero la intervención también trae algunas cosas bastante horribles. Es difícil saber si podrá hacer más bien que mal.