Tal movimiento está en marcha, pero lento.
En realidad ha habido algunos intentos de hacerlo, no necesariamente la economía y las finanzas, sino ciertamente la política. Tal movimiento ha sido visto durante mucho tiempo como una forma de distribuir el poder a otras regiones del país. Toda Corea tiene una historia de faccionalismo regional, y la situación volátil entre el norte y el sur, que ha continuado durante casi 100 años, es una manifestación de esa tendencia.
Entonces, ¿qué ha hecho Corea del Sur para distribuir el poder lejos de Seúl? Aquí hay un breve resumen esquemático.
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Los esfuerzos comenzaron durante el renacimiento liberal y democrático de los años 90. El primer paso fue trasladar varias agencias ejecutivas del centro de Seúl a un suburbio del sur llamado Kwacheon. Una razón para este movimiento era mantener los aspectos funcionales del gobierno al sur de una línea donde probablemente llegarían los armamentos convencionales de Corea del Norte. Kwacheon está separado de Seúl por una alta cresta que ofrece protección adicional. Pero solo unas pocas agencias han logrado reubicarse allí, con el presidente, la sede de la policía nacional, la Asamblea Nacional, el ministerio de justicia y el ministerio de defensa, todos ubicados en el centro de Seúl.
Kim Dae Jung propuso trasladar todo el gobierno nacional, con todas sus sucursales, a un área cercana a Cheongju, en el centro geográfico de Corea del Sur. Kim había ido tan lejos como para preparar planes para trasladar las oficinas ejecutivas allí, pero la medida se suspendió principalmente por cuestiones de seguridad. Esta área se conoce como la ciudad de Sejong. El movimiento se detuvo bajo Park Geun Hee, pero el nuevo presidente, Mun Je-in, ha indicado que le gustaría reiniciarlo y eventualmente trasladar la presidencia allí.
Muchos consideran que la medida es una buena idea, ya que distribuye influencia política, desarrollo financiado con fondos públicos, infraestructura y negocios a un área más amplia de Corea, una región que ha recibido menos riqueza que muchos otros. No disminuiría el papel de Seúl como el centro económico, cultural, de medios y transporte que es.