Si fuera posible arreglar el capitalismo para que todos se beneficien, habría sucedido hace mucho tiempo. La razón por la cual no ha sucedido es porque cada ‘mejora’ o reforma debe tener un beneficio de costos adjunto para que las ganancias se maximicen. Y las ganancias se crean al explotar la fuerza laboral de la clase trabajadora. Una vez que esta mejora ya no es rentable, se abandona a la nueva realidad.
Reformismo Las reformas son promulgaciones legislativas y de otro tipo que se consideran necesarias para que los gobiernos administren las diversas formas de capitalismo. El Partido Socialista se opone al reformismo, la política de abogar por reformas, ya sea como una forma de “mejorar” el capitalismo o como un medio para el socialismo, pero no estamos necesariamente opuestos a las reformas individuales que pueden ser beneficiosas para la clase trabajadora. Sin embargo, no abogamos por ninguna reforma, porque sostenemos que hacerlo conduciría a un partido socialista a convertirse en un partido reformista, atrayendo el apoyo de los no socialistas.
El parlamento puede ser utilizado por una clase trabajadora de mentalidad socialista, no para reformas o reformismo, sino para el acto revolucionario de despojar a la clase capitalista estableciendo la propiedad común de los medios de producción.
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El sistema de mercado debe ir!