La justicia no puede ser inculcada como uno de los principios rectores de la democracia, pero sin duda es necesaria para la existencia de una democracia. Daré las siguientes razones a favor de este reclamo:
- En una sociedad “justa”, los autores de abusos pueden ser responsables, la verdad puede ser expuesta, las víctimas reconocidas y los mecanismos implementados para evitar que las violaciones se repitan
- Es necesario lograr la rendición de cuentas y todos los que cometieron violaciones deben ser juzgados ante la ley. Al mismo tiempo, necesitamos una justicia integral que incluya reparaciones para las víctimas y las comunidades particularmente oprimidas.
- La justicia puede actuar como un rompehielos que abre caminos para futuras reparaciones. Con el tiempo, equivale a algo sustancial a pesar de las reversiones temporales o los reveses ocasionales. No es una agenda exhaustiva de transformación social, económica y política, sino que debe vincularse con otras iniciativas políticas.
- Políticamente, se espera que los ciudadanos se opongan a cualquier fechoría del gobierno que pueda dañar la soberanía de la nación. Y sin una plataforma legal de justicia adecuada (plazo más corto: tribunales / judicatura), se hace imposible para los ciudadanos hacerlo. Gradualmente, el gobierno se convertirá en una anarquía.
- En medio de la injusticia, una sociedad sería violenta. Toda comunidad que se enfrente a la injusticia crearía estragos al realizar protestas, lo que haría muy poco probable la posibilidad de una “coexistencia pacífica de la sociedad”. Por lo tanto, se requiere justicia para garantizar que la sociedad permanezca pacífica sin conflictos sociales. La decisión final “justa” debe ser aceptada por todos.