Cuando un juez dice ‘Orden’ para que dejes de hablar, ¿está violando tu libertad de expresión?

Piense primero en el proverbio: –

Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

Hay un momento para todo, incluida la libertad de expresión.

El tribunal es territorio del juez. Tu hogar es tu territorio, si no el castillo. El juez espera el decoro mínimo requerido de todos en el proceso, porque es un foro para resolver problemas.

No es un partido de gritos gratis para todos. Tiene que hacer el negocio a mano con todos en una especie de cabeza fría y serena.

El juez en su propio territorio tiene el derecho de decirle a la gente que se calle, preste atención o envíe (a veces con la ayuda del alguacil y sus alguaciles). Simplemente no puede tener ese constante yammering con negocios serios corriendo.

La libertad de expresión es algo que el juez probablemente ha olvidado más de lo que todos nosotros sabremos (o esperamos) en nuestras vidas colectivas. Él conoce todas las formas de avanzar en la libertad de expresión que ni siquiera podríamos concebir con el LSD.

Y nos dice que usemos STFU y GTFO porque es su casa.

No. La ley deja espacio para la posibilidad de que en ciertos momentos, en ciertas circunstancias y siempre que se cumplan ciertas condiciones estrictas, los derechos de las personas tengan que ser restringidos por el bien común. Este es un caso así: hay ciertas reglas a seguir durante un juicio, por lo que su alcance principal se logra con la menor cantidad de molestias posible. La ley le da al juez la prerrogativa de asegurarse de que todas las personas ausentes y presentes en el tribunal obedezcan estas reglas. Por lo tanto, puede decirle a alguien que deje de hablar, si esa persona está interrumpiendo el proceso.