Es una situación sin precedentes en la historia política francesa: según las proyecciones, el partido de Macron debería ocupar entre 400 y 440 escaños, que es mucho más que la mayoría absoluta, que son 289 escaños. Ya no es una elección, es un maremoto.
¡Parece que los votantes que durante años votaron más por obligación que por convicción para un campamento se soltaron para la nueva y hermosa fiesta de Macron! Como si la imagen contara más que los programas …
No es solo una derrota para los partidos tradicionales sino también para los encuestadores y los politólogos si un electorado relativamente serio y politizado se comporta de repente como una pandilla de chicas muy jóvenes frente a Justin Bieber.
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Estoy seguro de que todos los observadores profesionales de la política pronto presentarán interesantes análisis del fenómeno Macron, pero no me privaré de la idea de que la imagen prevaleció sobre la sustancia (que no tiene nada original), sino también que el comienzo de la presidencia de Macron fue un curso impecable que terminó de convencer a los muchos indecisos …
Y no olvides que la abstención también es histórica ya que supera el 50%. Uno de cada dos votantes no consideró necesario moverse para votar lo que podría interpretarse como una total negativa al resultado de las elecciones presidenciales.