Honestamente, esto es realmente difícil de determinar y, en realidad, depende de muchos factores. Por el bien de esta pregunta, tengo que asumir que soy un trabajador en un nivel por debajo de donde golpearon los aviones. Si estaba atrapado sobre el sitio de impacto, eso es algo que ni siquiera quiero imaginar. No necesito entrar en detalles, pero basta decir que hubiera sido terrible.
No tengo forma de saber cómo era estar dentro del edificio en el momento del impacto. Aún así, al leer varios relatos de primera mano, la gente lo describe como una sacudida repentina y repentina, no exactamente como un terremoto, sino cerca. Creo que esa sacudida sería suficiente para hacerme saber que algo estaba terriblemente mal.
Después de eso, mi próximo instinto sería salir de allí y llevarme a tantas personas como sea posible. Creo que este es un pensamiento libre de la retrospectiva que tengo ahora, pero no puedo estar completamente seguro. Solo por el impacto, sería bastante obvio que algo está terriblemente mal. Entonces, supongamos que decidí salir. Creo que he visto suficientes letreros que dicen: En caso de emergencia, no use el elevador para saber que las escaleras son mi mejor opción, no el elevador. Además, habría una gran multitud alrededor de los ascensores, por lo que las escaleras serían mucho más rápidas.
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Después de que salí, llamaría a mi familia y les haría saber que estaba a salvo mientras me retiraba como el infierno.
Este es el escenario del “mejor caso” y, como dije antes, supone muchas cosas. Que no estoy atrapado ni herido, que no tengo que parar y ayudar a nadie. Que no me estoy ahogando con el humo o esquivando las llamas, y que las escaleras aún están intactas. Que las líneas de telefonía celular todavía estaban bien. Cada uno de estos escenarios tiene miles de variaciones diferentes. Si hubiera visto a alguien derrumbarse por asfixia por humo, los habría detenido y llevado a cabo, o al menos lo habría intentado. Nunca podría haber vivido conmigo mismo si no lo hubiera hecho.
La verdad es que no estaba en las Torres cuando fueron golpeados, y le agradezco a Dios que me haya ahorrado eso. Nunca sabré lo que habría hecho y, sinceramente, no quiero saberlo. Tragedias como esta siempre dejarán a las personas con dolor y culpa, haciéndoles preguntarse durante años si podrían haber salvado a alguien si hubieran sido más rápidos, más inteligentes, más insistentes.
Mi corazón está con todos aquellos que sobrevivieron a este terrible evento en la historia de nuestra nación, y también con las familias de aquellos que no lo hicieron.