La seguridad física de un lugar como un aeropuerto es una broma. Más concretamente, no es posible asegurar físicamente un aeropuerto de un atacante dedicado, mientras que aún se puede utilizar el aeropuerto para su propósito.
Es por eso que la TSA es una broma. Es un escaparate: una acción para mostrar que “algo se está haciendo” sin proporcionar ningún propósito efectivo útil.
En una sociedad abierta y libre, la seguridad física contra el terrorismo es una mala idea. Simplemente no podemos administrar una sociedad libre con el tipo de seguridad draconiana necesaria para prevenir tales ataques, y cualquier cosa menos que las medidas draconianas no es incrementalmente útil, sino totalmente inútil.
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Si desea evitar este tipo de ataques, la respuesta es doble:
- Prevenir la radicalización de las personas que llevan a cabo los ataques. Esto es difícil, pero ciertamente no imposible. Ciertamente vale la pena el esfuerzo de los radicales domésticos: descubrir a quién se dirigen los terroristas para la radicalización y abordar las razones por las cuales los vulnerables se vuelcan a la radicalización.
- Trabajo tradicional de contrainteligencia. Encuentre las células terroristas, rastree a aquellos con vínculos terroristas que ingresan al país y esté atento a aquellos que podrían estar formando células terroristas en el país. El objetivo aquí es encontrar e interrumpir a los terroristas mucho antes de que sus planes lleguen a la etapa de ejecución.
La estrategia adecuada no es protegernos de estos ataques. Es para evitar que los ataques se planifiquen en el primer caso.