El mejor tamaño para un gobierno es el tamaño que le permita realizar sus tareas de manera efectiva.
El tamaño del gobierno, per se, no es un problema para mí.
¿Entonces quieres que el gobierno controle todo?
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No, eso no fue lo que dije. Del mismo modo que no creo que los libertarios quieran abolir por completo todas las funciones gubernamentales.
La pregunta, en cualquier caso, es filosófica. No hay una sola buena respuesta. Muy pocas personas son verdaderos libertarios, que definiré como personas que realmente se preocupan por el tamaño del gobierno, en lugar de señalar que el gobierno es demasiado “grande” como un ejercicio retórico para afirmar su oposición a las políticas que no les gustan.
Esto fue demostrado por la inesperada popularidad de Donald J. Trump en las primarias republicanas. Aunque desde entonces se ha comportado como si no hubiera hecho tales promesas, en ese momento, estaba proponiendo políticas que iban en contra del habitual menú conservador de bajos impuestos y pequeño gobierno. Trump prometió que no tocaría el Seguro Social. Con respecto a la atención médica, prometió que todos estarían cubiertos. Sin embargo, siguió siendo popular entre los votantes conservadores. ¿Por qué? Porque el libertarismo en realidad fue adoptado por una camarilla relativamente pequeña de intelectuales, y nunca fue realmente apoyado por las masas.
Todos quieren que el gobierno sea “grande” cuando comparten los objetivos que el gobierno está tratando de lograr. Por ejemplo, quiero más inversión en educación, más regulación de la industria, mayor escrutinio de todo el sector financiero y atención médica universal. Eso significa que apoyaré los impuestos para financiar todas esas cosas. Un republicano opuesto a esas políticas puede enmarcar sus argumentos en la filosofía del pequeño gobierno. Pero la mayoría de esos republicanos no tendrán problemas con un gobierno lo suficientemente grande como para tener un ejército enorme, para aprobar leyes como la Ley de Espionaje o la AUMF, o lo suficientemente grande como para regular el acceso a la anticoncepción o al aborto.
Esto es solo la naturaleza humana. No descubrimos los hechos, luego razonamos nuestro camino hacia una respuesta; en su lugar, encontramos la respuesta que nos gusta, luego levantamos un edificio de argumentos para apoyarla lo mejor que podamos. A veces, uno de esos argumentos es el “pequeño gobierno”. A menos que sea de un conservador que no quiere prohibir los abortos, no quiere erigir monumentos de 10 Mandamientos en propiedad pública, se opuso a la guerra de AUMF e Irak, y me opuse a la letanía de medidas tomadas en los últimos 16 años para frenar las libertades civiles en nombre de la seguridad nacional, no tomo esos argumentos muy en serio.