En la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), la religión se menciona cuatro veces: los estados no pueden discriminar por motivos religiosos (art. 2); tiene derecho a casarse con quien quiera, independientemente de su afiliación religiosa (art. 16); el derecho a la libertad de religión y creencias, incluido el derecho a cambiar las creencias de uno y el derecho a no creer (art. 18).
En este momento, la ONU se ha convertido en un campo de batalla entre grupos de defensa religiosa y elementos progresivos sobre las interpretaciones de los términos ‘familia’ y ‘matrimonio’ consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Además, la OIC (organización de países islámicos) introdujo un debate de diez años sobre el tema de la difamación de la religión. Que terminó con varias resoluciones añadidas a la carta de derechos humanos de la ONU
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Sin embargo, la lucha por los valores en la ONU no es una lucha por la verdad última, sino un discurso continuo sobre cómo acomodar la religión en un mundo globalizado.