Para aquellos que no saben: Tower Defense es un subgénero del videojuego en el que el jugador coloca torres de diversos tipos en un paisaje. Las torres disparan automáticamente a los personajes controlados por computadora (“creeps”) que intentan moverse por el paisaje. El objetivo es dispararles antes de que lleguen al otro lado. El jugador obtiene algún tipo de recurso prescindible (“oro”) por cada creep que dispara, y el oro puede usarse para comprar más torres. Los pelos de punta suelen venir en olas cuyo tamaño sigue aumentando. Eventualmente, el jugador pierde cuando demasiados pelos de punta logran pasar de manera segura. El oro no es suficiente para construir torres suficientes para matar a todos los pelos de punta. El objetivo es jugar tantas olas como sea posible sin perder.
Presumiblemente, el interrogador sugiere que Israel debería caracterizarse como asediado por una corriente interminable de palestinos. El objetivo sería matar a tantos como sea posible antes de ser abrumado.
La idea es ofensiva para cualquiera que esté interesado en ver una solución pacífica al conflicto en Palestina, y aquellos que no están interesados en tal solución no necesitan ser convencidos de todos modos.
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En términos más generales, todavía tenemos que llegar a un punto en el que los videojuegos tengan un gran impacto político. En su mayor parte, simplemente son vistos como sátiras: chistes. Algunos, como PeaceMaker, han tratado de abordar estos problemas de manera seria, pero no tienen nada como el poder cultural de la televisión y los periódicos para influir en las opiniones políticas. Entonces, la respuesta corta es que tal juego no tendría ningún efecto real de ninguna manera.