Es importante diferenciar entre la guerra en el ciberespacio y los crímenes en el ciberespacio. Toda la actividad que hemos visto hasta ahora, y que fue falsa y sensacionalistamente llamada ‘guerra cibernética’, es actividad criminal y, por lo tanto, está en desacuerdo con las leyes penales nacionales.
La guerra cibernética tendría que cumplir con la definición actual aceptada de lo que es un acto de guerra. El Dr. Thomas Rid escribió un ensayo fantástico sobre la guerra cibernética y por qué definitivamente no sucedió en el pasado, por qué no hay guerra cibernética en este momento y por qué es muy poco probable que ocurra una guerra cibernética en el futuro: http: //thomasrid.org/no-cyber-war/
Para tomar prestado de Rid, quien cita a Clausewitz, un acto de guerra tiene que:
- ¿Cuáles son algunos consejos para solicitar un trabajo en las Naciones Unidas? ¿Cuáles son algunos buenos recursos para encontrar posiciones provisionales?
- ¿Qué puede hacer la Corte Internacional de Justicia si Pakistán viola la suspensión de la ejecución de Kulbhushan Jadhav?
- ¿Qué opinas sobre la última resolución de la ONU contra Israel con respecto a Estados Unidos, Israel, Obama y Bibi?
- ¿Por qué cambia el género entre sustantivos afines en español y francés (por ejemplo, un error / une erreur, un terror / une terreur; un mar / une mer)?
- ¿Cuál es la población mundial de mujeres en la última población mundial de la ONU?
- tener el potencial de ser letal; y
- ser instrumental (tener los medios y un fin); y
- sea político (imponga su voluntad a su oponente).
Si un acto ofensivo realmente cumpliera con todo lo anterior, luego de la declaración de guerra, que es un acto político, quedaría bajo los auspicios del derecho internacional consuetudinario del conflicto armado. No hay necesidad de nuevas convenciones internacionales para cubrir la guerra cibernética. Este es también el punto que el mayor general Charles Dunlap ha argumentado en su ensayo: http://www.au.af.mil/au/ssq/2011…
En resumen: los tratados internacionales existentes y las leyes consuetudinarias ya cubren la guerra cibernética. Las leyes nacionales cubren delitos como el sabotaje y el espionaje que, cuando se realizan en el ciberespacio, se han denominado falsamente ciberguerra.