Ideológicamente, tiene sentido. Nadie debería verse obligado a ser parte de algo que no quiere, y por lo tanto debería tener una salida legítima.
Sin embargo, incluso después de descontar mis instintos patrióticos, personalmente no estoy de acuerdo con esta propuesta por las siguientes razones:
1. La baja alfabetización y, en consecuencia, los bajos niveles de conciencia entre las masas los hace incapaces de tomar una decisión informada. El referéndum podría influir enormemente a través de propaganda y desinformación. Lo que la mayoría apoya no es lo que es correcto, es lo que es popular.
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2. La inestabilidad regional en el subcontinente indio hace casi imposible que exista un nuevo estado sin aliarse fuertemente (leer el envío) a al menos una de las 2-3 potencias principales de la región.
3. Los referéndums crean una pendiente resbaladiza. La exitosa disociación de un estado sería seguida por las llamadas de cuatro más, similar a las llamadas de la división estatal de hoy. Una mera convocatoria a un referéndum solo podría causar problemas administrativos importantes.