“El patriotismo es una forma de terrorismo”. ¿Cuál es tu opinión?

Esta declaración es incorrecta e insultante para cualquiera que ama a su país.

Levantar un arma y diezmar a los enemigos de la patria es una cosa. Tomar una pistola y matar hombres, mujeres y niños inocentes y desarmados es otra cosa.

Y no tienes que coger un arma y luchar en la frontera para demostrar que eres un patriota. El burócrata honesto, que trabaja arduamente para hacer algo bueno, es un patriota. El barrendero que limpia las calles todos los días sin falta es un patriota. Las personas de clase media que albergan lungars en las calles para los transeúntes hambrientos son patriotas. El guardia de seguridad fuera de los edificios de la sociedad, que cuestiona a todos los que desean entrar, cumpliendo con su deber de mantener a las personas a salvo, es un patriota. Ese niño que salva a una niña de ser molestado por rufianes es un patriota.

El terrorismo, por otro lado, es una ruta patética para que una escoria de la tierra afirme su poder sobre las personas, explotando los miedos más profundos y oscuros de la mente humana: el dolor y la muerte . Estos son sádicos y carniceros, engañan a los jóvenes para que masacren a inocentes, motivándolos malinterpretando sus textos religiosos, lo cual es extremadamente desagradable.

No hay similitud alguna entre patriotismo y terrorismo.

Mi opinión es que “el patriotismo es la causa raíz del terrorismo”. Desde la infancia, todos se ven obligados a seguir la metodología tradicional de su propio país, como saludar a la bandera nacional, cantar el himno nacional, saludar a los superiores, etc. Nadie sabe la razón y el motivo para hacerlo.

Por el contrario, indirectamente estamos imponiendo el odio entre otros.

En general, olvidamos la intención de nuestra vida de que somos una de las especies más pequeñas en este planeta para sobrevivir como cualquier otra especie.

La única solución es que los soldados de todos los países tengan que pensar por un minuto cuál es su propósito de vida aquí.

Al finalizar la respuesta con mi diálogo favorito de la película Troya, “No desperdicies tu vida siguiendo las órdenes de un tonto”, dediqué este diálogo a todos los soldados.