¿Se puede llamar a las Naciones Unidas la organización más democrática? ¿Cuáles son las dos razones a favor y en contra de llamarlo así?

No se puede llamar como demócrata.

Las Naciones Unidas pueden considerarse principalmente como semidemocráticas con más características no democráticas.

Esto se debe a las discrepancias en el funcionamiento de sus dos cuerpos.

Se compone de 192 países, cada uno con un voto en la Asamblea General de la ONU. La Asamblea General es como un Parlamento donde se llevan a cabo todo tipo de debates y cada país tiene el mismo derecho a expresar sus opiniones. Sobre esta base, la ONU parece ser una organización democrática.

Sin embargo, cuando surge el tema del conflicto entre dos países o más, la Asamblea General no tiene derecho a tomar decisiones sobre este tipo de cuestiones. Esto se debe a que el Consejo de Seguridad toma decisiones sobre cuestiones cruciales.

El poder real reside en los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad, especialmente en los EE. UU., Porque aporta la cantidad máxima de dinero necesaria para el mantenimiento de la ONU. Cada miembro permanente cuenta con un poder de veto , es decir, el consejo no puede tomar ninguna decisión si alguno de los miembros permanentes no está de acuerdo con esa decisión. Por lo tanto, este sistema de trabajo ha obligado a varios países a exigir una ONU más democrática.

El Fondo Monetario Internacional es el mayor prestamista para cualquier país del mundo, compuesto por 189 miembros, que no tienen los mismos derechos de voto. El voto de cada país se pondera por la cantidad que ha contribuido al FMI. Casi la mitad del poder de voto en el FMI está en manos de siete países (Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Francia, China, Arabia Saudita y Rusia). El resto de las 182 naciones tienen muy poco que decir sobre el funcionamiento de estas organizaciones internacionales.

Aunque la Carta de las Naciones Unidas no incluye ninguna mención de la palabra “democracia”, las palabras iniciales de la Carta, “Nosotros los pueblos”, reflejan el principio fundamental de la democracia de que la voluntad del pueblo es la fuente de legitimidad de los estados soberanos y, por lo tanto, de las Naciones Unidas en su conjunto.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General en 1948, proyectó claramente el concepto de democracia al afirmar que “la voluntad del pueblo será la base de la autoridad del gobierno”. La Declaración detalla los derechos que son esenciales para participación política efectiva Desde su adopción, la Declaración ha inspirado la elaboración de constituciones en todo el mundo y ha contribuido en gran medida a la aceptación global de la democracia como valor universal.