Mi enfoque se basaría en el acrónimo “EAT” – Transparencia de responsabilidad educativa.
Educación: la mentalidad del sector público debe cambiar hacia la comprensión de que las PERSONAS están observando todos y cada uno de los movimientos y ese principal factor definitorio de ser un servidor público. Todos en cualquier jerarquía gubernamental deben saber sin lugar a dudas que los atraparán, despedirán y enjuiciarán, dejándolos con los registros que tendrán que llevar por el resto de sus vidas.
Rendición de cuentas: no se atribuye dinero dinero para proyectos y gastos operativos gubernamentales, sino que todos los procesos procesales también deben examinarse hasta el infinito detalle para garantizar que nadie obtenga una ventaja injusta o indebida del gobierno. Esto se realiza a través de un sistema consistente de auditorías tanto internas como externas, respaldado por investigaciones esporádicas, no programadas y no anunciadas sin la necesidad de obtener ninguna autorización legal adicional. Sería conducido por un equipo especial de “Ética y Auditoría SWAT” cuidadosamente reunido de un grupo identificado por su alta moralidad, honestidad e inquebrantable sentido del deber. Estos individuos son un producto raro pero existen.
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Transparencia: no hace falta decir que TODA la información del gobierno DEBE estar a disposición del público para su revisión, incluidos los asuntos de seguridad, excepto si se considera información clasificada debido a su naturaleza sensible. La definición de dicha información clasificada DEBE hacerse con cuidadosa consideración y cualquier abuso de la misma debe estar sujeto al alto nivel de autorización del equipo SWAT de Ética y Auditoría.