Pregunta difícil. ¿Debería el público recibir información completa y no engañosa? Digamos “sí” y “no”. ¿Qué tal eso para un policía?
El problema es este: ¿hay información que no debe divulgarse al público? Absolutamente. En general, nos encontramos con el problema de la “información perfecta”, donde uno tiene todo el conocimiento relevante pertinente a una decisión, y eso es prácticamente imposible cuando se trata de información diseminada de manera amplia (a nivel estatal o nacional). ¿Cómo se asegura de que toda la información pertinente esté disponible a gran escala, sin mencionar que se entiende a gran escala?
Considere el fenómeno “sin gluten”. Hay algunas personas que simplemente no pueden comer alimentos glutinosos (personas con enfermedad celíaca, por ejemplo), y otras que reaccionan mal al gluten (personas con la condición general conocida como “síndrome del intestino irritable” o “sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado”). Como se hizo público que algunas personas no deberían comer gluten, muchas personas perfectamente sanas saltaron a la dieta libre de gluten, justo cuando saltan a cada dieta de moda que existe, no porque lo necesitaran, sino porque pensaron que podría ser un buena idea.
- ¿Cuál es la diferencia entre la forma unitaria de gobierno y el gobierno federal?
- ¿Cuál es el propósito del gobierno?
- Si pudieras comenzar un nuevo sistema de gobierno para abordar las deficiencias de los sistemas actuales, ¿cuál sería su núcleo de creencias y prácticas?
- ¿Vivimos realmente en una democracia?
- ¿Por qué hay escasez de gasolina en Pakistán?
Un gobierno debe tener cuidado con la información que divulga porque no todos están en condiciones de comprender la información.
También existe el problema de mantener la paz pública. Dependemos del funcionamiento ordenado de la sociedad. Supongamos que se descubriera que en 30 minutos un dispositivo nuclear explotaría en medio de la ciudad de Nueva York. ¿Se debe informar al público? ¿Qué pasaría? La gente entraría en pánico, las carreteras estarían atascadas, los preparativos de rescate se verían obstaculizados. Todo por ganancia mínima, si es que tiene alguna. (Para un buen tratamiento de este tipo de problema, vea la película “Fail Safe” de 1964, una película muy efectiva e inteligente).
Si bien la información completa puede no ser siempre deseable, todavía queda la cuestión de la información no engañosa. Un gobierno nunca debe mentir a sus ciudadanos. Si la información es potencialmente peligrosa o no se puede difundir de manera confiable, no la divulgue. Sin embargo, pasar información falsa puede sesgar la reacción pública de maneras impredecibles y, en última instancia, socava la confianza que los ciudadanos esperan tener en su gobierno.
Entonces … el gobierno siempre debe decir la verdad, pero puede haber ocasiones en que sea mejor quedarse callado.