Suponiendo que por ‘el ayatolá’ te refieres al líder supremo Ali Khamenei, la respuesta corta es que nadie lo sabe.
La respuesta más larga:
Irán es un país particularmente difícil para hacer predicciones. En 1978, nadie, incluso la CIA y la KGB, predijeron que los iraníes derrocarían al Shah, pero fue derrocado un año después.
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Lo que se sabe es que la legitimidad de los mulás gobernantes ha estado en constante declive, especialmente desde el levantamiento popular del ‘movimiento verde’ 2008 que ocurrió después de una elección presidencial fraudulenta y condujo a una represión sangrienta contra la sociedad civil. Después de eso, muchos iraníes que tenían la esperanza de lograr un cambio significativo a través del proceso de votación se sintieron profundamente decepcionados.
Ahora, pocos días antes de las elecciones presidenciales, la gran mayoría de los iraníes que enfrentan dificultades económicas crecientes y censura política sofocante, no ven esperanza en ninguno de los candidatos que se recogen del círculo interno cada vez más reducido de los confidentes de Khamenei. Y cuando todas las vías políticas están cerradas, y la gente realmente se hartó de los gobernantes, pueden surgir en cualquier evento impredecible, tal como sucedió en 1979 que condujo a la revolución a gran escala.