¿Apoya Rusia a propósito el calentamiento global para poner su (actualmente) masa de tierra congelada en una ventaja geopolítica en el futuro?

No, pero este argumento explica un poco por qué a Rusia no le importa.

Las fortunas rusas, y las fortunas de quienes controlan estas fortunas, dependen en gran medida de las ventas de combustibles fósiles. Petróleo y gas en su mayoría. Por lo tanto, estas personas tienden a hacer todo lo posible para aumentar la demanda de combustibles fósiles, mientras que las iniciativas contra el calentamiento global hacen todo lo posible para disminuirlo.

Aquí yace el conflicto fundamental entre las élites rusas y las iniciativas contra el calentamiento global.

Los efectos a largo plazo son generalmente una preocupación menor para las élites rusas actuales, e incluso estas preocupaciones son menores dada la ubicación del norte ruso. Desde la perspectiva de los gobernantes rusos, ganar un par de billones extra mientras el planeta sube un par de grados más es una gran victoria.