No para menospreciar la situación, pero Corea del Norte se puede comparar con un acosador que simplemente quiere asustar al mundo. (Literalmente arrojaron basura a Corea del Sur hace unos días, casi como para ilustrar ese punto).
Corea del Norte no tiene ningún deseo de pelear con nadie que no sea de Corea del Norte. La reclusión siempre ha sido la táctica del régimen para mantener afuera el exterior.
Su crecimiento en el campo de la tecnología de armas (nucleares) tiene dos propósitos:
- ¿Puede algún país cambiar su constitución sin un mandato de la ONU?
- ¿Qué dice el voto 'no' en la moción de la AGNU sobre el referéndum de Crimea sobre esos países?
- ¿El personal de seguridad de la ONU lleva armas?
- ¿Es justo que los delitos cometidos dentro de la sede de la ONU sean procesados bajo la ley de los Estados Unidos?
- ¿El discurso del canciller indio en la ONU cubrió todos los puntos? Si no, ¿qué falta?
– Dejar que su propia gente sepa que la amenaza de muerte del capitalismo siempre está al acecho. Para los ciudadanos de Corea del Norte, los conflictos que Corea del Norte busca podrían considerarse parte del perpetuo estado de guerra como se describe en ‘Mil novecientos ochenta y cuatro’ de Orwell. Nada mantiene a las personas bajo control como un enemigo común.
– Para asegurarse de que el mundo mantenga su distancia.
Es mi opinión personal que el liderazgo de Corea del Norte no se preocupa por su reputación mundial. Lo único que quieren que haga el mundo es dejar que gobierne Corea del Norte como lo ha hecho durante tres generaciones.
El status quo actual ha sido tenso desde que la Guerra de Corea no terminó en 1953. Si no hubiera sido por la fuerza nuclear de Corea del Norte, el mundo podría considerar hacer algo con los 24 millones de norcoreanos que llevan la carga de su régimen. De ahí su demostración de fuerza.
Esto está lejos de ser la primera vez que Corea del Norte ha provocado al mundo un alarde de sus capacidades militares. De hecho, si observa la línea de tiempo de los eventos que involucran a Corea del Norte desde enero hasta julio de 2013, encontrará que la situación actual es, en muchos sentidos, un duplicado de esa y las anteriores. La única diferencia es que las capacidades de Corea del Norte parecen estar aumentando con el tiempo, por lo que la pregunta es cuánto tiempo Corea del Norte y el mundo pueden continuar jugando este juego sin que se salga de control.
Sin embargo, la opinión de la ONU nunca motivará al régimen norcoreano a cambiar su curso.