La pregunta casi suena satírica. Ucrania ha tenido cinco presidentes desde 1991 (seis si cuenta a Turchynov), ninguno de los cuales puede describirse como “bueno”.
El primer presidente, Leonid Kravchuk, presidió la privatización de las antiguas industrias soviéticas en manos de unos pocos oligarcas, similar a la historia de Rusia. La inflación fue de miles de por ciento, la corrupción fue desenfrenada, las relaciones con Rusia se convirtieron en alboroto.
Luego vino Leonid Kuchma en 1994. La corrupción solo empeoró, la economía continuó cayendo hasta 1999, y para encubrir su imagen política presidió una gran reducción en la libertad de prensa. La economía comenzó a crecer en 2000, y las relaciones con Rusia mejoraron, con varios acuerdos realizados. Originalmente trató de avanzar hacia la integración de la UE, pero después de repetidos fracasos políticos giró hacia Rusia. Esto esencialmente lo convirtió en enemigo de ambos lados.
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En 2005, Viktor Yushchenko fue elegido, luego de un ciclo electoral sumido en intentos de fraude y asesinato. La corrupción no disminuyó, los casos de periodistas asesinados permanecieron abiertos, y el crecimiento económico fue lento. Yushchenko no pudo ser diplomático y la política se convirtió en una pelea seccional, con ambos lados lanzándose barro el uno al otro. No hace falta decir que su índice de aprobación fue del 7% en 2009.
Viktor Yanukovich fue elegido en 2010 después de influir en los moderados con promesas de cambio. Sus promesas de integración en la UE resultaron ser simples bromas políticas y una vez más se vio incapaz de ignorar la influencia rusa. Esto lo convirtió en enemigo en el oeste de Ucrania. Romper la promesa de hacer del ruso un idioma oficial lo perdió el apoyo en el sur y el este. Las promesas a Rusia sobre el gas también se rompieron, y las libertades de prensa se redujeron aún más. Para 2014, a nadie le caía bien.
Petro Poroshenko llegó en 2014 después de la revolución. Como sabemos que el conflicto de Donbass no se ha resuelto, los grupos extremistas aún deambulan por el país, la economía se está estancando, la hryvnia se devaluó y los problemas financieros están aumentando.
Honestamente, es muy difícil decir quién es el “mejor” aquí.