Mi respuesta inmediata es “no”. Por qué, porque incluso la peor pesadilla de los chicos de derecha limpiamente afeitados es renunciar a la independencia británica. Incluso mencionarlo en las palabras más cuidadosamente elegidas terminaría con su carrera. John Gordon escribe sobre un “poderoso lobby” que quiere recuperar la soberanía británica. Sin embargo, alrededor de 1980, un periodista le preguntó a Deng Xiaopeng qué pensaba de la Revolución Francesa y sus consecuencias. Deng respondió: “Es un poco temprano para decir …”.
En este contexto, esto significa que, dada una situación estable en los próximos 250 años, algún día en 2250 los EE. UU., Por cualquier razón urgente (militar, estratégica, económica …) decide que hay una razón inevitable, necesaria y seria para anexar el todo el territorio del Reino Unido (y Europa), lo harán, a pesar de lo poderoso que pueda ser el cabildeo británico. No hay dos formas de hacerlo.
Tal vez Deng y yo (no, no estamos tan cerca) miramos hacia el futuro, pero ¿qué pasa si hay una tendencia a regresar a una división más étnica y tribal del mundo? ¿Qué pasaría? Los sureños se moverían hacia el norte y aquellos que serán vistos como ‘los occidentales’, limpios o no, se verán obligados a cooperar y reagruparse. Esos occidentales podrían ser caucásicos estadounidenses y europeos.
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Este escenario no suena muy alegre, recuerda cosas que preferimos olvidar, pero han sucedido cosas más extrañas.