Todos sabemos que Estados Unidos se ha entrometido en ocasiones en elecciones extranjeras. Es vergonzoso cuando uno es atrapado, ¿verdad?
No si tu Vladimir Putin. Para el Kremlin, todo este circo de tres anillos llamado las elecciones presidenciales de EE. UU. De 2016 y las acciones rusas para influir en él son una gran broma. Excepto que el chiste es sobre Estados Unidos, porque el resultado para nosotros es la vergüenza nacional que se llama el presidente Trump.
Hay dos preocupaciones principales para la mayoría de los estadounidenses serios acerca de la intervención rusa. El primero es qué tipo de respuesta merece esto, porque cuanto más profundas son las investigaciones, más nefasto se vuelve el episodio. Y segundo, pero más importante, es que el Partido Republicano se ha hundido tanto que valora el control absoluto y total sobre el gobierno federal más de lo que le disgusta la intervención rusa, tanto que parece que no les importa nada. menos que se beneficiaron de ello. Porque, como verán, no han demostrado indignación, ni mucho menos preocupación, de que nuestra democracia, que pretenden amar tanto que muchos de ellos creen que necesitan ser armados personalmente hasta los dientes para defenderse, fue minada por una banda de matones oligarcas y cripto-fascistas en el Kremlin. Ciertamente, al propio Trump no le importa, lo que lleva a una serie completamente diferente de problemas que algún día en el futuro cercano probablemente le causará mucha vergüenza a él, a su familia y a sus partidarios deliberadamente ciegos.
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Ese es el problema para la gran mayoría de los estadounidenses. No es que los rusos nos hayan hecho lo que hemos hecho ocasionalmente a otros, sino que a los beneficiarios de la intervención simplemente no les importa.