¿Los políticos tienen sus propios correctores de pruebas?

Cualquier escritura profesional se beneficia de un corrector de pruebas. Hace unos años escribí un libro, y mi esposa leyó mis primeros borradores, luego mi editor, luego una docena de revisores técnicos, luego un tipógrafo. Incluso después de toda esa revisión, todavía hubo errores en la elección de palabras, errores tipográficos, palabras dobles, etc.

Cuando los políticos escriben, sus palabras están bajo mayor escrutinio. Un simple error puede convertirse en una fuente de crítica que pone fin a su carrera. Basta con mirar al pobre Dan Quayle, el vicepresidente de George HW Bush.

Una vez asistió a un examen de ortografía en una escuela pública, y cuando un estudiante deletreaba la palabra “papa” en la pizarra, Quayle le enseñó a deletrear “papa” (lo cual es incorrecto). Este no fue su único error con el idioma inglés, pero se convirtió en la única cosa por la que es más recordado.

Los políticos tienen redactores de discursos, y definitivamente necesitan correctores de pruebas.

Más como verificadores de hechos que solo correctores de pruebas.