Muy posible.
Primero, muchos no votan en las elecciones estadounidenses. Una tragedia nacional, agravada por los esfuerzos deliberados del Partido Republicano para deprimir la votación, porque pueden reducir desproporcionadamente los votos demócratas.
En segundo lugar, muchas personas solo aparecen para votar si están entusiasmadas con votar POR alguien. Votar en contra es menos popular. Más aún si la persona a la que tienen que votar para hacer ese voto en contra también les repugna.
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Sin embargo, no se equivoquen, hay muchas personas por ahí que se presentarán para votar “por” alguien que no les gusta, a fin de evitar una presidencia de alguien que no les gusta aún más.
Hay personas postulando por las cuales los votantes votarían. Eso incluye, me apresuro a agregar, incluso Trump y Hillary. Pero esos dos, ambos favoritos, cada uno tiene más gente a la que no le gusta que a quien le gusta.
Entonces Trump obtendrá a todas las personas “Trump Sí” y a todas las personas “Cualquiera menos Hillary”, y Hillary obtendrá a todas las personas “Hillary Sí” y todas las personas “Nunca Trump”.
Hay más de estas últimas personas que las anteriores, en cada caso. Pero como observan, muchas de las personas “en contra” también son las personas con menos probabilidades de votar. Por lo tanto, es difícil decir si el “contra” realmente importará más que el “a favor”.
Supongo que tendremos que esperar y ver.