Personalmente, no soy un fanático, principalmente porque con Owen ya tenemos algo de culto a la personalidad, y porque su poder se basa casi por completo en ser una voz “revolucionaria” de estilo anti establecimiento. Independientemente de si está de acuerdo o en desacuerdo con lo que dice, las caracterizaciones sociológicas de Webers de las mecanizaciones del carisma nos dicen que Owen encuentra su éxito y poder en posicionarse de esta manera, PERO mientras eso funciona como una presencia mediática, disminuirá significativamente en un Puesto de liderazgo laboral.
¿Por qué? En primer lugar debido a la amenaza inmediata de alienación en la membresía laborista. Una voz revolucionaria debe involucrar emociones fuertes y lealtad para que los seguidores la apoyen, y por su propia naturaleza, eso significa que algunos serán muy anti y otros muy pro lo que esa voz promete. Creo que podría haber divisiones importantes dentro del partido con Owen en la posición de liderazgo.
Segundo, porque un revolucionario carismático necesita avivar grandes emociones y hacer grandes promesas. Una gran manera de ganar poder, pero la realidad de un gobierno burocrático establecido significa que muchas de esas visiones simplemente no se implementarán rápidamente, si es que lo hacen, lo que significa que la reacción contra ese candidato podría volverse bastante severa.
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Finalmente, porque el carisma (o retórica carismática, al menos) de Owen existe solo ‘in statu nascendi’, es decir, en un estado de formación. Una vez en el cargo y rutinario, pierde su atractivo y se necesita un enfoque analítico más estable, razón por la cual los carismáticos a menudo continúan buscando grandes momentos ‘heroicos’ para mantener la popularidad (generalmente no productivo para nadie más que para el propio líder). ¿Owen tiene ese lado analítico fuerte, no auto-promocional, silencioso, diligente y tranquilo como estadista, que requiere un papel tan importante?
El carismático también siempre necesita una figura en la que se pueda enfocar el vitriolo: si y una vez que Corbyn sale de la imagen, ese gel que mantiene unida su visión y sus partidarios se vuelve visiblemente más débil.
Tengo mucho cuidado con cualquier candidato en torno al cual exista un ‘culto a la personalidad’, por lo que no me gustaría ver a Owen en la publicación.