Existen numerosas razones por las cuales nuestras políticas exteriores difieren entre las protestas actuales en Egipto y las protestas de 2009-2010 en Irán. Aquí hay uno:
Primero, en 1953, Estados Unidos organizó un golpe de estado del primer ministro democráticamente elegido de Irán. En su lugar, EE. UU. Instaló el Shah de Irán, que gobernó con poderes dictatoriales hasta 1979. Durante todo el reinado de Shah Reza Pahlavi, la mayoría de los iraníes lo vieron como un títere de los EE. UU. Y no el líder legítimo de Irán. A partir de 1953, los iraníes desconfiarían de la participación de Estados Unidos en su política.
En 2009, cuando estallaron las protestas en Irán, Estados Unidos estaba muy interesado en ver el derrocamiento del actual presidente Mahmoud Ahmadinejad y la restauración de un gobierno democrático (en lugar de teocrático). Los manifestantes querían una revolución: querían derechos y una voz en su gobierno (no muy diferente de las protestas actuales en Egipto).
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Estados Unidos no expresó su apoyo a los manifestantes explícitamente porque socavaría su causa. Si pres. Obama pronunció un discurso anunciando su apoyo a los manifestantes iraníes, le habría dado a Ahmadinejad la “prueba” de que las protestas eran otro golpe de Estado estadounidense contra el poder iraní. Una vez más, les diría a sus seguidores, Estados Unidos está manipulando la política iraní.
Aunque esto no sería cierto, justificaría un uso excesivo de la fuerza para reprimir las protestas. Ahmadinejad solo necesitaba una excusa para hacerlo, y la Administración de Obama no le iba a dar una tan fácilmente.
En los primeros días de las protestas egipcias, verá una táctica similar por parte del administrador de Obama. No apoyaron explícitamente a los manifestantes porque sabían que el apoyo estadounidense absoluto haría que las protestas parecieran organizadas por agentes estadounidenses. Después de que quedó claro que el presidente egipcio no iba a aferrarse al poder, y debido a que los Estados Unidos tienen una relación política con Egipto (ninguno en Irán), los Estados Unidos podrían afirmarse en apoyo de los manifestantes sin parecer involucrados.
Eso sí, no estoy asociado con el Departamento de Estado, por lo que hay muchas posibilidades de que este análisis esté fuera de lugar. Esta parece la respuesta más lógica a su pregunta.