Ciertas creencias son fundamentales para nuestras personalidades: constituyen la forma en que vemos, interpretamos y valoramos el mundo en que vivimos. Cuando tal creencia es desafiada, amenaza con alterar nuestra visión del mundo, que es el tipo de cosa que resistimos; Si nuestra opinión es cuestionada y no podemos defender nuestras creencias, nos sentimos personalmente amenazados. Las creencias sociales / políticas y religiosas son particularmente vulnerables, porque no hay pruebas físicas pertinentes adecuadas para ellas.
Una visión que se opone a las creencias de uno amenaza con devaluar el sistema de creencias, que es esencialmente devaluarse a uno mismo.
Dado el estado de la educación en Estados Unidos hoy en día, demasiadas personas se encuentran con creencias para las cuales tienen poca o ninguna defensa: creemos cosas porque los padres / maestros / amigos / sistemas de apoyo les han enseñado o alentado, y tendemos a hacerlo a ciegas o, en el mejor de los casos, solo semicríticamente.
- ¿Cuáles son algunas de las cosas que desearías que todos supieran?
- Digamos que se postula para un cargo público y desea centrarse en los problemas de sus "pueblos indígenas nativos", ¿qué oficina serviría mejor (en su país) y qué puede hacer para elevar la calidad de vida de sus "pueblos nativos"?
- ¿No se supone que debemos responder preguntas políticas desde un punto de vista neutral?
- ¿Está una sociedad capitalista destinada a convertirse en socialista?
- ¿Cuáles son los valores centrales detrás de las filosofías liberales y conservadoras? Intenta ser mínimamente sesgado.
Cuando nos enfrentamos a un desafío (una creencia diferente que no es consistente, en parte o en su totalidad, con la nuestra), tenemos una opción: defender nuestro sistema o aceptar el sistema contrario. Cuanto más inconsistente sea el punto de vista opuesto con nuestro propio sistema de creencias, más difícil será asimilar y aceptar el punto de vista opuesto. Nuestro único recurso, entonces, es defender nuestro sistema, lo que significa proporcionar evidencia adecuada a favor de nuestra creencia, o encontrar razones para rechazar al otro.
Los argumentos más serios surgen cuando uno no puede defender adecuadamente su propio punto de vista o desafiar adecuadamente el punto de vista contrario. En tales situaciones, uno se siente demasiado vulnerable, y la respuesta no racional de “lucha o huida” entra en acción. En la ignorancia, muchas personas eligen la respuesta de “lucha”, a pesar de que carecen de la munición intelectual para ello.