Trump se ha contradicho en casi todos los sentidos. Si vuelves a las entrevistas en 2012, también fue efusivo al elogiar a Hillary Clinton, llegando a llamarla una excelente Secretaria de Estado. 4 años después (cuando ni siquiera ha ocupado ese cargo), de repente, la melodía de Trump ha cambiado significativamente. Él la llama la peor Secretaria de Estado en la historia de los Estados Unidos y ahora le ha otorgado el apodo de “Crooked Hillary”.
La respuesta simple es esta: durante las elecciones de 2016, Trump hizo y dijo que cualquier cosa que sintiera lo ayudaría a obtener la tracción de la furiosa base republicana. Al hacerlo, ha contradicho muchas de sus posturas anteriores sobre los problemas. Es dudoso que incluso crea la mitad de lo que ha dicho durante esta campaña.
El ejemplo más atroz de esto fue cuando se contradijo varias veces sobre el tema del aborto en el lapso de minutos y luego de horas. Durante esa sesión con Chris Matthews, casi se podía ver que luchaba con la respuesta en tiempo real, puedes sentir los engranajes trabajando en su cabeza tratando de proporcionar la respuesta que anotaría la mayor cantidad de puntos con sus seguidores principales. En ese caso, se ponchó y por eso rechazó su respuesta casi de inmediato.
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Todo este subterfugio es lo que hace que las perspectivas de Trump como presidente sean tan ansiosas. Nadie sabe cuál es su postura respecto a ningún problema porque en un momento u otro se puso literalmente de cada lado del problema.
Su única postura consistente basada en viejas entrevistas parece ser que cree que China nos estafa en el comercio desde una entrevista de 1980 con David Letterman.